domingo, 20 de junio de 2010

Anagnórisis del caballo

Dibujo prehistórico en la Cueva de la Pileta, Benaoján, Málaga.
Así lo vi, en 2001, aunque así no estaba.

© Ilkhi, 2001

Vi la imagen tal y como, prístinamente, se proyectó sobre mis retinas, cámaras oscuras de mis ojos, antes de ser enviada al quiasma óptico, para invertirla.

Allí, en mi interior, estaba el caballo que yo observaba con intención. Los arqueólogos sólo habían visto "dibujos esquemáticos de significados no aclarados".

La imagen primigenia siempre es negativa, pues lo negativo genera "lo real" cuando se contrasta con lo positivo de un mismo acto. Entonces, aparece la apófasis liberadora del ser.

Sólo faltaba trasladarlo al papel, así lo hice, con el agua y la hematites de Uriondo* surgió Zaldia (el caballo). La fuerza demiúrgica del agua y la tierra se fusionaron en un segmento de eternidad. En aquel momento vi, reconocí al caballo, mi caballo.

* Uriondo es un arroyo ubicado en las estribaciones del monte Upo, Ceberio (Vizcaya)

  Técnica: hidroxidografía con hematites de Uriondo
Así lo descubrí en 2002
Zaldia
(El caballo)
© Ilkhi, 2002

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