lunes, 10 de junio de 2013

La pequeña gran historia de Astobieta *

Dolor, Iratxe, crítica y Natalia en 162 páginas
Foto: © Ilkhi, 2013

"En general, es muy difícil hallar los rasgos mentales más desconcertantes
del aldeano vasco hasta que no se tiene la suficiente confianza
para hablar con él sobre los problemas de la vida espiritual"
Julio Caro Baroja

Ha llegado el momento de hablar de este poemario de Batania, Neorrabioso, Ediciones La Baragaña. Ya va por su segunda edición. 

Batania demuestra que se ha forjado en la dialéctica de la disparidad de opiniones, el disparate/sabiduría (Minerva sin finura) de aquellos aldeanos de Lauros y la no identificación con ninguna patria. De aquel crisol sólo podía salir un acero especial llamado Batania.

Como muestra de este libro, dejo este poema titulado LOS EXTRANJEROS.


LOS EXTRANJEROS

Ningún aguila de oro volaba sobre Lauros
el día que nació mi padre; en Astobieta
no había escudos de armas ni aldabas repujadas;
no había arpas ni acordeones ni libros
duros en anaqueles de cedro. Mis ancestros
fueron hojalateros, patateros, cabreros,
molineros, peones, carreteros, labriegos
que miraban la luna para plantar las berzas,
pastores que ordeñaban vacas, castraban toros,
mataban gatos blancos, segaban yerba fresca
tres veces cada año, montaban el caballo
sobre la yegua y recogían argoma,
yo
procedo de un linaje sin linaje,
de una aldea de avena sin historia,
un pueblo protegido y forrado de silencio,
un pueblo de solos y de nadies.

Nadie de Lauros rindió Tenochtitlan.
Nadie persiguió ballenas hasta Terranova.
Nadie posó ante el árbol de Gernika.
Nadie lloró al derogarse los fueros.
Nadie se alzó contra los franceses.
Nadie supo del 98.

Yo quiero contar una historia, la historia
del hombre Euskadi y el hombre España,
la llegada de los hombres de las banderas
con el dedo acusante y los ceños fruncidos
a mi pueblo labriego de boronas y de nadies.
Cómo tomaron Lauros. Qué nos dijeron.
Cómo nos hicieron creer que ganamos batallas
en guerras fabulosas donde nunca luchamos.

Yo quiero contar la historia del hombre
que olvidó a su pueblo de nadies
hasta que vio a su padre agonizando
y entonces recordó
que en su casa no había escudo de armas,
en su casa no había retratos al óleo,
en su casa nunca nació un militar,
en su casa nunca un escritor,
en su casa nunca nadie fue nadie.

Yo soy esa historia. Soy el hombre
que cambió la azada por la pluma
y quiere contar lo suyo y de nadie.
Soy el hombre que quiere
morder y pisar las rosas.
Soy el que miraba las botellas de suero
en la agonía de un hospital
y descubrió el bulto cancerado
que ocultan las historias grandes.
Y dije: yo soy nadie
y los vascos son extranjeros.
Y dije: yo soy nadie
y los españoles son extranjeros.

Y digo: viva nadie
y guerra al extranjero.

*Astobieta es el nombre del caserío donde vivió Batania.
En el País Vasco los caseríos dan su nombre a quienes los habitan.
Como escribió el gran bertsolari Xalbador (este es el nombre del caserío, su nombre de pila fue Ferranddo Aire). El bertso se titula Sortetxeari (A la casa natal)
y decía así:
Munduko leku maitena/ zuri zor dautzut naizena:/ izana eta izena.
(El lugar más querido del mundo/ a ti te debo lo que soy:/ el ser y el nombre)


El blog de Batania (Astobieta) está (aquí).


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